sábado, 3 de marzo de 2012

¡Grande, Andrés, grande!

Abro los ojos y la veo al lado mío, mirando. Me pregunto qué estará pensando y su sonrisa le delata. Hoy se ve tan guapa. Y siento su calor cuando me abraza. Esto es parecido a un sueño, aún no me lo creo y no soy consciente aún de lo que tengo. Acaricio su cara y la miro bien mientras que mis dedos se deslizan por su piel. Y tenemos el mundo para nosotros, mira, todo se ve claro en esta paz que se respira. Estamos tú y yo solos; nadie que moleste, nadie que nos vea y que proteste. El viento mueve las cortinas, que bailan y se refleja el Sol en la arena de la playa. He detenido el tiempo para ser tuyo y seguro que no malgastaremos ni un segundo.

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