(Por lo menos tú te quedas conmigo).

Conectamos desde siempre y tú lo sabías. Desde la primera palabra de aquella noche. Creo que fue una especie de "te encontraba sin buscarte y sin buscarte te conocí..." Había algo dentro de mí que decía que eras tú. Como un Pepito Grillo o algo así. Pero yo, como siempre, no lo escuchaba. Era más fácil ignorar sus palabras y seguir con el día a día sin pensar en nada, ni consecuencias, ni peros, ni amor; nada de amor. Y en ese día a día aun sin querer escuchar, mi móvil sonaba y aparecía tu nombre en la pantalla. Al igual que hacía con tus mensajes, ignoraba tus llamadas. ¿Cómo podía yo saber que iba en serio, que eras de verdad y que lo que ponía en tus mensajes era cierto? 

No te canses de quererme todavía.