miércoles, 25 de abril de 2012

Pain is temporary.

10:30 de la mañana, Metro de Madrid. Todavía no se nota movimiento.


11:00 de la mañana, línea 9. Ya se ven camisetas verdes cogiendo el metro hacia sus casas, caras de felicidad y comentarios de dolores musculares.


11:15 de la mañana, parada de Ibiza. Nada más salir, una cara alegre. Esos ojos verdes tan vivos como siempre. 






Y es entrar, y ver la gente, oír la música, oler la tensión. No se puede explicar si no estás allí. No se puede explicar con palabras cómo te sientes al verle pasar por delante tuya con esa camiseta verde que tan poco me gusta. No se puede explicar por qué se nos caen las lágrimas al ver en el reloj: tres horas y dieciocho minutos. Y todo el mundo abrazándole y besándole, porque es una recompensa a su trabajo constante, a todas las tardes de cuestas, series y tiradas largas. Es la demostración de esa frase que dice: 






"Hasta en el diccionario, esfuerzo y dedicación van antes de éxito".




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